La práctica tradicional de la Lectio Divina consta de 4 partes: Lectio (leer), Meditatio (meditar), Oratio (rezar) y Contemplatio (contemplar). Como el texto de la Escritura se lee varias veces, nos permite profundizar cada vez más en el texto.
Para rezar la Lectio Divina, necesitarás un ejemplar de la Escritura. También son útiles un bolígrafo y un cuaderno para anotar tus pensamientos, reflexiones y oraciones. Busca un lugar libre de distracciones. Esta oración suele durar una media hora.
Comienza por aquietarte y tomar conciencia de tu respiración. Despréndete de las preocupaciones del día e invita al Espíritu Santo a guiar tu reflexión. Quizá quieras repetir una y otra vez el versículo del Salmo 46:10 "Estad quietos y conoced que yo soy Dios".
Lectio (leer)
En este primer paso, lee el pasaje de la Escritura seleccionado en voz alta, lenta e intencionadamente. Usa tu imaginación para situarte en la historia. Imagina que estás en la historia. ¿Qué ves y sientes? ¿Qué estás experimentando? Tómate un tiempo para hacer una pausa y reflexionar sobre la experiencia. Tal vez quieras escribir tus reflexiones.
Meditatio (meditar)
Vuelve a leer despacio el pasaje en voz alta y ábrete al Espíritu Santo mientras reflexionas sobre el texto. Presta atención a la palabra o frase que te llame la atención. Puedes subrayarla o rodearla con un círculo. ¿Cómo te está hablando Dios con esta palabra o frase? Tómate de nuevo un tiempo para reflexionar y escribir tus pensamientos.
Oratio (orar)
Vuelve a leer despacio el pasaje en voz alta y deja que las palabras sean tu oración, deja que las palabras sean una respuesta a Dios por las situaciones particulares de tu vida. Vuelve a hacer una pausa. Puedes escribir tu propia oración al Padre.
Contemplatio (contemplación)
Lee lentamente la oración en voz alta una última vez. Escucha las palabras y descansa en el amor de Dios. La oración contemplativa nos lleva al silencio para que podamos escuchar lo que Dios nos dice.
Puedes terminar la experiencia de oración de la Lectio Divina con tu propia oración de alabanza y acción de gracias, seguida de un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Contemplar la Palabra de Dios a través de la Lectio Divina permite al Espíritu Santo inspirarnos y guiarnos cada día. La vida de Jesús puede hablarnos de situaciones de nuestra propia vida, tanto alegres como desafiantes. Dedicar tiempo a leer y reflexionar sobre las lecturas diarias, especialmente sobre el Evangelio del próximo domingo, es una manera de encontrarnos de nuevo con Jesús, de crecer cada día como discípulos suyos y de dar testimonio de su amor y su misericordia.
Viernes por la mañana de 9:15 a 10:15 en la sala 118 del PFLC.